Vengo a ponerme de rodillas virgencita,
porque precisamo de que vos
te lo chamuyes a tu hijo Jesús
que es el capo másimo de todo nosotro,
p'hacerle un par de mangazos
de laburo, de salú y todo eso.
Y yo pensaba que como vos sos la mamá de
él,
no te va a decir que no ¿viste?
Y bueno, lo que yo como hijo tuyo te pido,
es que vos leas en los ojos de nosotro,
y allí, solita se van a dechavar
toda nuestra necesidade...
Aunque sabemo que vos y Dió saben
perfetamente
qué cosa precisamo cada uno...
Por eso, con solo poner
tu santa mano sobre nuestro pecho,
vas a poder sentir nuestras angustias...
vas a ver nuestras manos vacías
y nuestros ojos cargados de lágrimas.
Pero a travé del llanto vas a poder ver
también nuestras esperanzas que nacen de nuestra fe,
porque confiamos en vos, y en tu Hijo...
Vos sabés que algunos de nosotros
andamos precisados de salú,
que otros tenemos problemas en el hogar, en
el laburo,
y también en nuestros sentimientos,
que a vece se les da por andar a
contramano...
Virgencita, vos que sos tan buena,
chamuyátelo a tu Hijo...
te lo pedimo los hombres, las mujeres y lo
niño
que se arrodillamo respetuosos
adelante de vos, confiados.
Y tanta es la confianza que te tenemo,
que en este istante
ponemo todo nuestro sueños en tus manos...
Te lo pedimos a vos,
que vivís florecida de Jesús...
Te lo pedimo por nuestros hermanos en
Cristo,
por nuestro familiare, por nuestros amigos,
por los que están, y por los que ya se la
picaron.
Por nuestro gobernantes también te mangamo,
pa' que les deas claridá de sabiola.
Te lo pedimo en el nombre del Padre,
y del Hijo,
y del Espíritu Santo.
PODASTA: Yo sé bien que nosotro
también podemo mangarlo a Dió diretamente,
pero te usamo de intermediaria,
porque nuestros pedidos, en tus labios,
suenan más dulces.
Perdoná tanta molestia.
Mingo
No hay comentarios:
Publicar un comentario