lunes, 29 de junio de 2020

Del tapa boca al morral



Por Alberto Buela



En este tiempo vacío de internación hospitalaria quisiera entregarles una brevísima observación a mis amigos preocupados por mi salud.
Es sabido que la guerra semántica es la primera de las guerras que se pierden; después vienen las tempestades de acero de que nos habla Jünger.
Con motivo del coronavirus el gobierno de la ciudad de Buenos Aires a través de su gobernador Rodríguez Berreta lanzó una berretada; le puso al barbijo o mascarilla el nombre de “tapa boca”. Es decir, que un gobierno liberal, progresista, Lgtb usa un término totalitario como el de tapa boca. La orden es hay que taparle la boca a los porteños.
No sé quién habrá sido el genio que inventó semejante dislate, pero mostró sin quererlo el carácter totalitario que encierra el liberalismo: el creer que la liberación de los factores externos puede darnos la libertad.

En España y en Hispanoamérica se usan en forma indistinta los términos de barbijo o mascarilla, que  no están mal pero que poseen una significación restringida. Así el barbijo tapa la barba y la mascarilla la cara.
El término correcto es el viejo criollo de “morral”, aquella media bolsa de comida que se cuelga de la cabeza del yeguarizo que le tapa el morro, esto es, nariz y boca del animal.

Por eso invito a todos mis amigos a hablar más bien de morral que de tapa boca, barbijo o mascarilla. Es que pensándolo bien el morral nos permite vivir (le pongo el morral a un animal para que engorde y se ponga fuerte), mientras que la imbecilidad de Rodríguez Berreta nos manda callar tapándonos la boca.